El secretario de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, dio luz verde, a la medida del Banco Central Europeo (BCE) para comprar las deudas de España e Italia a fin de calmar el agitado mercado europeo y salvaguardar el euro.
El pasado 2 de agosto, el BCE se declaró dispuesto a actuar, si fuera necesario, mediante medidas excepcionales contra la crisis, entre ellas la compra de deuda pública en los mercados, en momentos en que España e Italia se financian a muy elevados tipos de interés.
En las declaraciones al diario alemán, Neue Osnabruecker Zeitung, Gurría transmitió su confianza en el presidente del BCE, Mario Draghi, quien prometió aliviar la crisis de la deuda en la eurozona mediante la compra de bonos, argumentando su postura de apoyo a esta política económica.
El titular de la OCDE también expresó su solidaridad con los países azotados por enormes deudas los cuales les ha creado obstáculos para financiarse, tales como Grecia, que ha recurrido a tomar medidas severas de austeridad además de aplicar recortes salariales.
«El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dijo claramente cómo el BCE puede desactivar la crisis de la deuda en la zona euro con la compra de obligaciones y apoyo de esta política”, afirmó el Secretario General de la OCDE.
«El mensaje a los mercados era claro: los especuladores van a perder su apuesta contra el euro, ya que el BCE utilizará todos los recursos posibles” señalo.
A juicio de Gurría, Grecia debe permanecer en la zona euro aunque necesite más tiempo para acometer las reformas acordadas con la Troika, aunque con la condición de que cumpla con los compromisos pactados con el BCE, la CE y el FMI. Pero el líder de la OCDE aboga por conceder más tiempo a Atenas para que consiga los objetivos marcados y apruebe los ajustes, a tenor de la profunda recesión en la que podría sucumbir Grecia en caso de que se ahonden los recortes.
Desde 2008, Grecia, Irlanda, Portugal y España cayeron en una recesión económica, que ha obligado a los gobiernos de dichos países a pedir rescates financieros a la Unión Europea (UE) con el fin de recapitalizar sus bancos.
Mientras que, los gobiernos están obligados a imponer rigurosas medidas de austeridad a sus pueblos con el objetivo de poder devolver estos préstamos, la población se une en multitudinarias marchas y protestas en defensa de sus derechos sociales.
El país heleno pide que se prorrogue el proceso de ajuste dos años más, hasta el 2016, en lugar de tener que ahorrar los 11,500 millones de euros acordados con Bruselas en los próximos dos años.
«Quizás el gobierno necesite más tiempo para alcanzar sus compromisos”, destaca el Secretario General de la OCDE, expresando así su deseo de que el Ejecutivo de Antonis Samaras pueda renegociar las condiciones bajo las que se concedió el segundo rescate de 130,000 millones de euros.
El Bundesbank, el banco central alemán, reiteró su rotunda negativa a esta posibilidad y a la de conceder licencia bancaria a los fondos de rescate europeos, a la par que Berlín rechaza otra de las propuestas para aliviar la presión de la deuda sobre Italia y España: la colectivización de la deuda a través de los eurobonos.
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