Un broker o intermediario financiero es un profesional que se presta a buscar las mejores ofertas hipotecarias y a negociar con los bancos para conseguir condiciones que favorezcan los intereses de sus clientes.
En el caso de la consolidación de deudas, su papel es importante, dada la complicación y trascendencia del proceso. Estos intermediarios pueden ser trabajadores por cuenta propia o bien formar parte de una empresa, como Broker’s Finance (BKF), por ejemplo. Existen centenares de gabinetes de brokers en España, y suelen trabajar de forma bastante localizada en provincias o ciudades concretas.
Si contratamos a un bróker, conseguiremos ventajas y beneficios:
Es un profesional que conoce muy bien la lógica de los prestamistas y tiene experiencia en la negociación de operaciones como la reunificación de deudas. Es muy probable que consiga una buena oferta con mejores condiciones de las que conseguiríamos sin su ayuda.
No cobrará nada por su gestion si no firmamos la nueva hipoteca, ya sea porque no ha conseguido que el banco acepte o porque nosotros no estemos de acuerdo con las condiciones que ha logrado
Coste de contratar a un bróker en el proceso de consolidación de deudas
Hay que tener en cuenta dos factores a la hora de valorar el coste de un bróker:
Sus honorarios suelen oscilar entre el 1% y el 5% del valor total de la nueva hipoteca. Sus tarifas no están sujetas a ninguna regulación. Esto hace vital el solicitar una previsión de gastos antes de cerrar el acuerdo, para evitar sorpresas desagradables
Consideraciones finales sobre el papel del bróker en la consolidación de deudas
Contratar a un bróker es una buena opción si no disponemos de amplios conocimientos sobre prestamistas o si no tenemos una gran capacidad de negociación.
Pese a que cobra una comisión, su papel puede ser decisivo a la hora de conseguir buenas condiciones para nuestra hipoteca, lo cual se traduce en un importante ahorro a largo plazo. Además, hay que recordar que si finalmente no firmamos la hipoteca, el bróker no nos cobrará nada, por lo que si las condiciones de la oferta no son las esperadas, no habremos perdido dinero por intentarlo.
El número de intermediarios financieros iba creciendo en España hasta que llegó la crisis financiera de 2008, momento en el cual muchas de estas empresas quebraron o tuvieron que reinventarse. Muchas de estas empresas crecieron vendiendo hipotecas a familias que, en condiciones normales, no hubieran podido conseguir financiación por tener bajos ingresos o por pedir más de la financiación que se puede pagar o por ambas cosas.
Es decir, estos intermediarios financieros antes de la crisis ocuparon un segmento de mercado ofreciendo préstamos a gente que generalmente no tenía acceso al crédito en las entidades financieras, sean bancos o cajas de ahorro. Muchas de estas familias son las que posteriormente han tenido graves problemas para pagar sus hipotecas.
Desde la crisis, las empresas que han sobrevivido siendo intermediarios financieros han debido reinventarse y enfocar su negocio sobre consumidores con rentas más elevadas, ya que actualmente los bancos han endurecido sus condiciones de financiación. Una manera de sobrevivir por la que optaron muchas de estas empresas ha sido gestionar el recobro de préstamos para las entidades financieras.