El Real Madrid: jugosas ganancias en lo economico, pobres resultados deportivos

El Real Madrid es uno de esos pocos equipos que son conocidos en todo el mundo. Cualquier pequeña aldea de Africa, China o Latinoamerica lo conoce bien y hasta puede relatar su formacion inicial. El Real Madrid es un club de futbol, pero sobre todo es una marca.

Sin lugar a dudas, nos encontramos frente a una de las empresas más poderosas del planeta, con amplios réditos económicos aunque estos réditos no le han permitido hacerse de gloria deportiva, al menos en los últimos años. ¿Pero como es la historia del auge de la marca Real Madrid?

En el 2000, Florentino Perez asumió la presidencia del Real Madrid. Su objetivo era convertir una organización en dificultades financieras en el club más poderoso del planeta. Si bien ha logrado este objetivo a medias (unos dirán que si, los de la acera de enfrente dirán que le falta mucho), la pregunta del millón es si el modelo financiero Real Madrid es sustentable en el tiempo, ahora que la crisis ha hecho estragos no solo en España sino en el mundo.

El destino le ha ayudado al «tío Florentino» en esos primeros tiempos. El boom inmobiliario hizo que la decisión de vender los terrenos de la Ciudad Deportiva sea la más significativa de la historia del Club. Fueron 480 millones de euros los que ingresaron, cancelando con ellos parte de los préstamos en cartera (270 millones) y con el resto salió de compras al mercado de pases.

Se podría decir que este fue el comienzo de la estrategia de transformar a un equipo de futbol en una empresa global. Así se formó el equipo de los «galacticos». Figo, Ronaldo, Zidane y Beckham fueron comprados no solo por sus habilidades técnicas, sino por temas de posicionamiento mundial. Un ejemplo de ello fue la compra del inglés en 2003: el Real quería desembarcar en Asia, y Beckham era una celebridad en ese mercado. La conclusión: compramos a Beckham y nos vamos de gira al Lejano Oriente.

Pero esta estrategia de los «galacticos» tenía sus puntos oscuros. Por ejemplo, pagaba millones de euros de la mitad de cancha hacia adelante, pero peleaba por cada euro de los contratos de los defensores. De esta manera, arriba estaba plagado de ídolos muundiales, pero en la defensa solo había jugadores baratos o surgidos de las inferiores, ya que ningún defensor reconocido quería jugar por un salario tan bajo.

Esto hizo que los objetivos comerciales entraran en conflicto con los deportivos. Como ya mencionamos, las contrataciones no se realizaban por la técnica del jugador, sino por la oportunidad de sacarle réditos económicos a ella. Cada fichaje debería traer acompañado el debido retorno en términos de publicidad y merchandising. Así, hasta era lógico que a los defensores contratados no los conociera ni la madre. Al fin y al cabo, ¿quien querría comprar una casaca del número 4 del equipo?

Las evidentes y notorias desigualdades salariales entre los puestos de ataque y de defensa del equipo pasaron su correspondiente recibo al equipo, ya que el mismo estaba partido en dos, entre delanteros supermillonarios y en muchos casos tildados de «vanidosos» -aquellos que se peinaban (y alguno lo sigue haciendo) para tirar un lateral, lo recuerdan?- y por otra parte defensores faltos de la técnica suficiente para estar a la altura de las circunstancias.

Algunas ligas, Copas del Rey y una Champions en 10 años fueron muy poco para un equipo que gasto verdaderas fortunas en fichajes. Pero en lo que si salió campeón es en la conformación de una marca reconocida globalmente. Ahora bien, hemos llegado al meollo del asunto. ¿Es sustentable este modelo de negocio en un contexto de crisis financiera global?

Las cosas están ya bastante claras. El Real Madrid ha sacrificado -no lo creo que a sabiendas- gloria deportiva por poder económico. Sus fanáticos no deberán estar demasiado contentos con ello, ya que ver a su archirrival ganar liga tras liga y copa tras copa les hace salir llagas. Además, al fin y al cabo, ¿que reciben ellos del dinero generado por el Real Madrid? Nada de nada.

Los números financieros dicen una realidad. EL modelo parece funcionar por el lado de los ingresos, ya que según Deloitte, el Real Madrid es el primer club de fútbol en superar los 400 millones de euros anuales de facturación. Pero si analizamos la situación patrimonial, no todo es tan alentador. La deuda del club ha aumentado desde el 23% del valor total del club en 2009 al 54% que ha alcanzado en 2010, el porcentaje más alto entre los 20 mayores equipos de Europa. Haciendo una equivalencia con los países, la deuda soberana alcanza el 54% del PIB del club.

De esta manera, llegamos a la pregunta: ¿es sustentable este modelo de negocio? Aquí podemos acotar algunos puntos. Por ejemplo, para solucionar este desfasaje una solución sería aumentar los ingresos. Pero estos se encuentran en el límite de lo que se puede obtener. Entradas, derechos de TV y publicidad tradicional están al tope de lo que se puede obtener. ¿Merchandising? En el Real Madrid Store se ofrecen hasta despertadores y pelotas de golf con el escudo del club. ¿Cuanto más se podrá vender?

El Real Madrid ya ha firmado una película y tiene un canal de TV propio. ¿Que más queda por hacer? La creatividad será una variable importantísima si el Real Madrid quiere salir a flote en los próximos años. Hay un proyecto de construir un parque temático en Madrid, Miami y Beijing (resabio de la era de los galácticos). En toda empresa, la diversificacion del negocio es una opción para protegerse de cambios y debilidades empresarias. ¿Apareceran Hoteles Real Madrid? ¿Aerolineas Real Madrid? Las opciones son casi infinitas.

Casi que nos hemos dado cuenta de una cosa que paso por alto. De futbol, se habla cada vez hay menos. Real Madrid se ha convertido en una corporación internacional con diversas unidades de negocios. Según podemos leer en el periodico ieco.com, un día IBM dejó de fabricar computadoras. Y le fue muy bien. Ahora, de aquí a 20 años, ¿el Real Madrid dejará de jugar al fútbol?

No permitiremos bromas del estilo «el Madrid hace rato que ya no juega al futbol» ni similares, sobre todo por respeto a los fanáticos (aunque a veces ellos mismos piensen eso).

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