Deuda buena deuda mala

Quien no tiene una deuda, o en algún momento tuvo una? Es muy común en nuestras vidas endeudarnos para adquirir un bien, un servicio o para hacer lo que nos venga en ganas, como un viaje, o un simple capricho.

Lo importante es tener bien claro si la deuda que estamos por asumir representa un movimiento útil y beneficioso o si por lo contrario, va a ser una decisión de la que nos vamos a arrepentir en el futuro y que ralamente nos causará graves dolores de cabeza.

De aquí que podemos distinguir entre deuda buena y deuda mala, donde la principal diferencia entre ambas precisamente se encuentra en el destino que le daremos al dinero por el cual nos endeudaremos.

Deuda Buena

Generalmente, se considera deuda buena, aquella que se obtiene para adquirir un bien o servicio que puedan:

1. Conservar o aumentar su valor en el tiempo, como por ejemplo, una vivienda u otro inmueble.
2. Generar ingresos, como sucede con los gastos de estudios, formación o el la creación de un negocio, o que reducen gastos durante la vida del préstamo como por ejemplo comprar una casa para no tener que pagar alquiler.
3. Resultar necesario, es este caso, realmente debe tratarse de una gasto necesario (no deseable) que no se podrían pagar en efectivo sin liquidar los ahorros u otras inversiones, como por ejemplo un coche.

Deuda Mala

En este caso, hace referencia a la deudas destinadas a bienes que realmente no son tan necesarios, es decir que podemos vivir sin ellos sin modificar nuestra vida, como los bienes que no podemos permitirnos.

Por ejemplo, si nos endeudamos para adquirir bienes como televisores LCD, electrodomésticos, ropa, vacaciones, o para pagar cuentas regulares como electricidad, teléfono, colegio de los niños, sin duda se trata de una deuda mala ya que se convierte en un problema grave de resolver.

También se considera una práctica muy negativa utilizar préstamos de consumo cuyos plazos de amortización sean superiores a la vida del producto financiado.

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